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Radar 'medusa': una nueva forma de multar llega a España
El primer radar 'medusa' ya está operativo en España, aunque de momento en fase de prueba. Se trata de un dispositivo capaz de detectar el ruido que emite cada vehículo y sancionar a quienes se salgan de los márgenes legales.
soymotor.com
El primer radar 'medusa' ya está operativo en España, aunque de momento en fase de prueba. Se trata de un dispositivo capaz de detectar el ruido que emite cada vehículo y sancionar a quienes se salgan de los márgenes legales.
La C-31 de Barcelona ha estrenado el primer radar 'medusa' que llega a nuestro país. Se trata de un dispositivo capaz de medir el ruido emitido por los vehículos a la vez de sacar una fotografía de los mismos gracias a una cámara de 360 grados.
De momento este primer dispositivo se ha instalado a modo de prueba. Es decir, no multará. Habrá que ver si lo hace en el futuro, ya que está planeado que en Barcelona se instalen otros 11 radares 'medusa' en zonas donde la contaminación acústica derivada del tráfico sea un problema.
El curioso nombre con el que se conoce a estos radares viene dado por su forma, ya que, además de la cámara, cuenta con cinco micrófonos orientados hacia el suelo.
EL RADAR 'MEDUSA' ES FAMOSO EN FRANCIA
El radar 'medusa' ha llegado ahora a España, pero en Francia es ya casi un habitual de las carreteras. Cuenta con una tecnología que es capaz de escanear e identificar todo tipo de sonidos hasta diez veces por segundo. En el caso de que supere el número de decibelios establecido según las ordenanzas de movilidad y de medio ambiente se sanciona.
En España de momento no hay noticia de que estos radares vayan a empezar a multar a corto plazo, pero en Francia se ha establecido que se sanciona con 135 euros a los vehículos que superen los 90 decibelios en marcha. El Ministerio de Interior francés, antes de poner en marcha estos radares, realizó un estudio en el que se concluyó que el simple paso de una motocicleta tiene capacidad de despertar a 10.000 personas.
El radar 'medusa' ayudaría a evitar una práctica que es más o menos común en España, que es la modificación o sustitución del escape de ciertos vehículos sin estar todo en regla. Como norma general, es algo que sólo se controla al pasar la ITV y ahí basta con volver a poner el original.